Si Quieres… Puedes

Hoy contamos con el Testimonio +++ de mi amiga vasca Uxue, del blog “El Baúl de los Sueños”, quien amablemente aceptó realizar esta entrevista acerca del camino de santiago que ha compartido conmigo durante 6 etapas, y de su actitud ante la vida. Merece la pena aprender con ella.

Jabo: ¿Por qué y para qué hiciste parte del camino de Santiago?

Uxue: Hace tiempo que tenía pensado hacer alguna de las etapas de este camino. Acepté la invitación, me animé y allá que fui preparando una mochila llena de cosas para los seis días, pero sobre todo, repleta de ilusiones, de ganas de aprender y sentir. Mi objetivo era recorrer parte del camino, desconectar unos días y ver qué se siente, cómo influye en la vida. Quería renovarme…

J: Además de esfuerzo, ilusión y perseverancia, ¿Qué otros valores destacarías de esta experiencia? 

U: Destacaría la constancia y compañerismo. Ninguno dudábamos de lo que había que hacer y cuánto recorrer, teníamos una meta fijada para cada día y ambos luchábamos juntos para seguir adelante a pesar de las dificultades. Otro valor que destacaría es el respeto mutuo que se dio en todas las etapas. Sin imponer nadie su opinión o deseo, primaba el bienestar del otro antes que el de uno mismo. 

J: Sabemos el problema que pasaste con tus pies. ¿De dónde sacaste fuerzas para seguir?

U: Mi hijo mayor tiene autismo, no habla y apenas comprende. Él fue quien me enseñó observando sus actitudes. Fue una gran lección: darme cuenta del verdadero valor que tiene la mente ante el dolor.

Recuerdo que hará un tiempo le vi cómo, después de una larga caminata, tenía ampollas en los pies. Yo no me di cuenta hasta que no le bañé. Le curé y me pregunté cómo era posible que alguien se hiciera algo así, siguiera andando alegre y al mismo ritmo. Y sin una queja. Entonces es cuando empecé a comprender que él, aunque tenía esa herida, no la sufría como nosotros, porque no la racionalizaba, no pensaba en ello; lo que quería era caminar y seguir adelante. 

Ahí fue cuando empecé a asimilar que “su dolor” no era el mismo, que él prefería hacer lo que le gustaba dejando al lado su malestar. Probé esa forma de pensar y resultó. Cuando algo me duele, me relajo, pongo música o hago cualquier otra cosa, pero no pienso en ello. Y me funciona. Sobre todo me dio esa tranquilidad el saber que mi hijo no sufría tanto como yo creía, que él hacía que su dolor pasara a un segundo plano disfrutando de lo que le gustaba hacer.

Eso lo apliqué en el recorrido del camino en más de una ocasión. Es cierto que cuando tuve la infección fui al médico, pero el dolor lo controlaba yo, no él a mí.

Mi hijo siempre forma parte de mi fortaleza, pues él me enseña a valorar lo que merece la pena y a no quejarme cuando no tiene sentido hacerlo.

J: Físicamente estás muy fuerte. ¿Puedes contarnos la importancia de la mente?

U: La mente puede ser nuestro mayor amigo o peor enemigo. Podemos hacer que algo que nos preocupa se intensifique si le damos mucha importancia haciendo que nos agobie y no nos deje ver salidas para seguir adelante.

J: ¿Puedes resaltar aquí alguna faceta positiva en tu vida?

U: He tenido la suerte de mi fortaleza, de no achicarme ante la adversidad. Mirar siempre adelante, aprendiendo de los errores, pero disfrutando de todo lo que la vida me ofrece. Las dificultades que se me presentan nunca las veo como problemas. Las acepto y lucho por solucionar lo que se puede, y si no se puede pues lo asumo y convivo con ello disfrutando y sacando lo mejor de lo que tengo.

Nunca perdí el tiempo en quejas, ni reproches, pues eso es lo que nos destruye. Siempre busqué el lado bueno de todo lo que sucede… Y salí ganando. 

J: Cuando tienes ante ti una dificultad, un reto, ¿cómo lo afrontas?

U: He aceptado cualquier reto que la vida me ha presentado, si pienso que es importante. Los afronto de cara, nunca me he echado atrás y siempre asumiendo sus consecuencias. 

Los retos los acepto con ilusión y siempre intentando aprender de todo, sea cual sea el resultado.

J: ¿Que aprendiste haciendo el camino?

U: Este camino me ha ayudado mucho a replantearme algunas cosas:

La primera, cuando fuimos testigos de la muerte de un peregrino, donde pensé que en esta vida hay que disfrutar del momento, sentir intensamente y demostrar a los que queremos lo que sentimos…no escatimar cariño, no perder el tiempo quejándonos y ser lo más felices que podamos con los que queremos.

Otra cosa importante la aprendí conversando con Jabo. Hace unos meses yo había renunciado a un sueño, y él me dijo que si no hice todo lo que pude por conseguirlo es que no sería muy importante para mí. Lo que me dio pie a reflexionar sobre ello. Pues sí que era muy importante en mi vida. Ahora, este sueño rescatado, es mi nuevo proyecto que intentaré hacer realidad.

Otro aprendizaje fue el de la convivencia. Nos conocimos en Burgos, sólo sabíamos del otro lo que leíamos del blog, y ambos nos arriesgamos a compartir esos días juntos. Hubo muchas conversaciones, muchos silencios, muchas risas. También hubo momentos en los que no estábamos de acuerdo y que nos afectaban. 

Sé que a veces no ha sido fácil para ambos, sin embargo, hemos luchado y salido adelante con el apoyo del otro. Me vi a través de la opinión del amigo y le conocí mejor.

Y mi cuarto, y principal aprendizaje ha sido a raíz de lograr mi objetivo, a pesar de las dificultades. Cuando casi me había dado por vencida, logré que mi mente ganara a mi cuerpo, de tal forma que el dolor pasó a un segundo plano y conseguí terminar el camino.

Ahí es donde me sentí fuerte, grande,….pensé que si algo me proponía y luchaba de veras por ello, lo conseguiría. Ahí es donde me di cuenta del poder de nuestra mente, de lo que somos capaces de hacer si de veras queremos: …querer es poder…

Es una sensación maravillosa la que se siente cuando uno tiene confianza y lo consigue con esfuerzo. ¡Ha merecido la pena!

Gracias Uxue, por haber compartido con nosotros una parte de ti misma y por habernos dado un mensaje tan positivo y hacernos ver que Si Quieres... Puedes.

Jabo