Caminar es Compartir (XIII)

Etapa    Burgos-Hontanas

Puerta de Sta María

Continuo el camino desde Burgos a León, acompañado por Uxue, del blog “El baúl de los Sueños”, quien tenía mucha ilusión por recorrer parte del camino. Esta etapa consta de 32 Kilómetros, que la cursamos el 4 de abril en 7 horas con una temperatura de 10º. Nos llueve durante una hora. Dado que acabamos de conocernos, aprovechamos para dialogar y saber más de nosotros mismos, haciendo nuestra primera etapa amena y agradable.

Con el peregrino

El Cid

Empezamos la etapa donde terminé la anterior, en la catedral gótica del siglo XII, auténtica joya, junto al banco del peregrino donde despedí en febrero a Duck, mi amigo coreano. Vemos la puerta de Santa María, una de las 8 puertas de la ciudad y nos acercamos a visitar las estatuas del Cid y Jimena. De allí nos dirigimos hasta el arco de San Martín, de herradura en estilo mudéjar, salida del burgo. Atravesamos un vivero forestal y cruzamos debajo de un gran viaducto sobre el río Arlanzón, obra de ingeniería de la autovía A-231 donde vemos grafitis del camino de Santiago.

Iglesia de Santa Marina

Alcanzamos nuestra primera población, Tardajos, donde curiosamente Uxue conoce a un gran amigo. Antiguamente fue una mansión romana que unía Clunia (Coruña del conde) con Reinosa ( Juliobriga). Disfrutamos de un crucero del siglo XVIII y tras pasar el río Urbel, que tiene costumbre de inundar las tierras cercanas, nos embocamos hacia Rabé de las Calzadas. Allí nos sorprende una fuente muy particular, decorada con veneras y calaveras. Su iglesia, dedicada a Santa Marina, destaca en medio de la pequeña población.

Nos adentramos en el páramo burgalés, tierras continúas de cereales, sin arbolado, que surcan el paisaje. Es la meseta castellana, largas rectas a 800 metros de altitud, kilómetros y más kilómetros acompañados de este peculiar hábitat, en el que sobresalen las pequeñas aves, fringílidos, que nos amenizan el viaje.

Descansamos en fuente Praotorre y tras bajar la cuesta “matamulos” y el río Hormazuela, entramos en Hornillos del camino.

Los Manolos y la lápida visigoda

Tengo por costumbre preguntar en cada pueblo y lugar por las costumbres del lugar. Aquí, y sin saberlo, dimos con una persona que resultó ser Manolo, el alcalde de este pequeño y amigable pueblo. Él nos explicó el significado del gallo que vemos en una estatua y en el escudo. Resulta que las tropas de Napoleón invadieron en 1811 la villa y sustrajeron gallos y gallinas, apartándose a un lugar arbolado a 2 Km. Fueron los lugareños a “pedirles cuentas” y estos lo negaron. En ese momento un gallo cantó y los delató. De ahí el nombre del lugar “FuenGallo” y que en su escudo aparezca un gallo junto a un puente románico y unas conchas de peregrino.

Nos enseñó una lápida visigoda del siglo VIII colocada en una pared de la calle principal, casi única, ejemplo de lo que es el camino.

Hornillos data de 1156, con Alfonso VII, tuvo una leprosería y varios hospitales de peregrinos para atenderles en la edad media. Hoy destaca la iglesia de San Román, y os recomendamos visitar casa Manolo, regentado por su mujer.

En el albergue de San Bol

Saliendo de Hornillos, acompañados del páramo, llegamos a la cruz del peregrino, y al albergue de San Bol, donde conversamos con una mujer cubana y un marroquí, que acababan de abrir el local.

Seguimos ya hacia Hontanas, nuestro destino, que surge agazapado, escondido en el último momento. Su nombre procede del latín fontana. Observamos la iglesia de la Inmaculada y la construcción de las casas, muchas de ellas de madera y adobe. Laffi en 1666 relató cómo los pastores rodeaban sus cabañas con un muro para proteger sus rebaños del temido lobo.

Ya cansados, nos retiramos a descansar al albergue.

Ha sido una etapa agradable, donde he compartido con Uxue la experiencia y la magia del camino.

Jabo

Páramo castellano