Un día cualquiera Ana se encontró en el suelo una bolsa muy bonita, que enseguida abrió. Para su sorpresa, en su interior había 3 monedas de oro. Se puso muy contenta por su hallazgo, pero inmediatamente se le acercó otra chica, María, que le objetó: Dame esas monedas, son mías!!!.
Las encontré yo, y me pertenecen, dijo Ana.
Y discutieron y discutieron, de buenos modales, pero no acababan nunca, hasta que María dijo: De acuerdo, considero que he perdido las monedas. Quédatelas.
Entonces, Ana se sorprendió mucho de tal gesto y mencionó: No, así no las quiero!!. No se si son tuyas, pero quédatelas tú.
Y otra vez a discutir….
Como no salían de ese embrollo, ambas decidieron ponerse de acuerdo con un mediador, conocido de ambas.
El mediador, oídas las 2 versiones pidió la bolsa con las monedas a Ana, y les dijo: como habéis renunciado ambas a vuestra supuesta propiedad del tesoro, os confiscaré a ambas las 3 monedas de oro, y se retiró.
En pocos minutos, y ante el desconcierto de Ana y María, les anunció: Os habéis obstinado ambas tanto, manteniendo vuestra postura hasta tal punto, que lo habéis perdido todo. Así, aprenderéis una gran lección: “lo que se puede llegar a perder cuando una persona se obceca en su planteamiento, en su idea fija, en lugar de tratar de entender a la otra”. Pero yo también he aprendido una gran lección, la que me habéis enseñado vosotras con vuestra renuncia final. Por eso, os haré un regalo.
El mediador sacó dos bolsitas y entregó una a Ana y otra a María. Cada bolsita contenía 2 monedas de oro. Les dijo: Antes, cada una creía tener 3 monedas de oro, que después perdió. Ahora tenéis cada una 2 monedas, porque yo he añadido una. Todos hemos pagado por la enseñanza que acabamos de recibir.
(Cuento recogido de Internet, y adaptado. Desconozco su autor)
La obstinación egoísta solo puede llevar a las personas a seguir soluciones de insolidaridad, agresividad y desequilibrio emocional, que pueden llegar a provocar situaciones y/o traumas irreversibles. Todas las personas debemos pagar el precio correspondiente a nuestros esfuerzos, antes de recibir, todas juntas, el beneficio común.
Jabo.
30 comentarios:
JABO: muy buena esta historia. Y tienes mucha razón. Preciosa la foto. Toi cansada. Hasta pronto.
el precio de la obstinación suele ser muy caro, cerrarse a posibles soluciones empeora aún más las cosas.
qué foto maravillosa, cuánto poder posee Natura!
gracias por hacernos reflexionar, Jabo!
un beso grande.
Hola Jabo, sin lugar a dudas, acertadísimo el relato. El problema de la obstinación es que va atado de las desvirtudes humanas: egoísmo, individualismo, codicia... y seguiremos sumando.
Un abrazo.
Ha sido un reparto Salomònico y por ende totalmente sabio.
Un gran abrazo Jabo, hermosa la foto que nos has dejado.
El desprendimiento que tuvieron al final ambas dio sus frutos. La vida siempre dando valiosas lecciones!
Besitos,
Hola Jabo: Respeto, apertura, solicitar mediación cuando no se pueden resolver los conflictos por los involucrados, desapego. Guau, una buena cantidad de aspectos que destacas. Y también un mediador (negociador) que resultó decente. Porque cualquiera otro, se va con las monedas y no lo volvemos a ver. Jajaja.
¡Muy bueno!, gracias por compartirlo... un abrazo silencioso.
Pues a mi no me cuesta nada renunciar cuando se trata de evitar un conflicto. Ya sabes Jabo que los conflictos me cuestan más de lo que me aportan, con lo cual, siempre apuesto por el diálogo, pero cuando este falla y observo que la persona que tengo enfrente ha dejado de escuchar, cedo sn problemas o guardo un silencio suficientemente elocuente.
Mis compañeros de trabajo dicen que tengo una frase-sentencia, aunque yo no me doy cuenta y es la siguiente: Bueno, ya he dicho lo que pensaba, todo lo demás sería repetirme. Me hace mucha gracias cuando me lo dicen, pero es verdad, es lo que pienso.
A veces cuando renuncias a algo, en realidad estás ganando...como en el cuento.
Bravo D. eres un tío muy listo.
La foto preciosa.
Mi beso gordote.
Una historia que enseña mucho. Es triste que muchas veces necesitemos la intervención de un tercero para mediar porque nosotros mismos no seamos capaces de pararno, reflexionar y darnos cuenta de nuestro error. Yo también tengo una frase/sentencia que repito mucho: "perdiendo también se gana..." que pena que la gente no se de cuenta. Valores como el sacrificio, la solidaridad, la generosidad, cada vez brillan más por su ausencia. Una pena!!!
Estoy de acuerdo a veces es bueno ceder, yo creo que ceder no es ser sumiso a nada, simplemente es no tener un conflicto con nadie y muchas veces perdiendo se gana mas, aunque hay mucha gente que de esta forma no lo ve. Un beso
En ocasiones la obstinación nos lleva no razonar, a no utilizar el sentido común. ¿Y si en vez de obstinarnos tratáramos de ponernos en el lugar de los demás?. Seguro que reaccionaríamos de una manera mejor, por que cada individuo somos únicos y veríamos las cosas desde distintos ángulos. Un abrazo.
Hola Jabo
La foto es nuy bonita, ¿de la tormenta de ayer?
Tienes mucha razón debemos aprender a escuchar a los demás, a ceder, a saber llegar a acuerdos; ya que si nos obcecamos no conseguiremos nada, salvo, perder los nervios entre otras cosas.
Besotes.
Yo he de reconocer que a veces soy un poco cabezona, pero es cierto que si nos obcecamos en mantener nuestra postura corremos el riesgo de acabar no siendo justos.
Besos
Gracias, Jabo, por compartir esta historia.
Un beso.
Me llamó la atención tu blog,y me quedé a leerlo.
Enhorabuena. Además me gusta mucho el diseño. Saludos.Pilar.
Hola Jabo! La obstinación o la cabezonería no conducen a ningún puerto pues con ello sólo se consigue alejarnos más de la comprensión y de la tolerancia o lo que es lo mismo, de ser personas serenas y justas.
Brisas y besos.
Malena
Gracias Jabo por este cuento, en ocasiones hay que saber ceder y tratar de dialogar. No hay mejor enseñanza.
Un abrazo;)
Preciosa historia con una excelente moraleja.
Específicamente en las relaciones de pareja es bueno y necesario saber ceder, pero no lo es el ceder siempre la misma persona.
Saludos
IMPECABLE!!! Recordaré la historia, para en algún momento contársela a mi hijo!
Gracias por pasar por mi casa y seguirme!!!!
Cariños!!!
PD: La canción de Arjona los publiqué porque la vi en tu blog, pero omití mencionárte!! Me encanta tu blog!!!!!
La obstinación solo puede llevar a conflictos, es mejor ceder que enfrentar una lucha de egos que solo lleva a un desgaste energías y ninguna solución.
Hermosa foto.
Un abrazo
Hola Jabo, Se perdió mi comentario. Eso si que me da rabia y es que se me olvida que tu blog tiene las letras de confirmación.
El caso es que mas o menos venía a decir que cuando me casé, mi suegro al darnos la enhorabuena a su hijo y a mi, nos dijo: "El secreto de un matrimonio es saber ceder a tiempo", y que verdad es!!. A nosotros no se nos ha olvidado nunca esa frase y en momentos de pequeñas discusiones siempre al final hemos dicho, "saber ceder a tiempo", asi que a negociar!!
Un abrazo
"Demore na dúvida ...
E descubra a sabedoria que insiste em se esconder
Na ausência das palavras!"
(Pe. Fabio de Melo)
Beijos e meu carinho...M@ria
Excelente. Muchas gracias por compartirlo.
Un buen relato para aprender que en esta vida hay que compartir ,en algunos momentos ceder y con estos relatos de gentes inteligentes aprender .
Saludos Jabo , que pases un feliz verano, quizás me de una vuelta por tu tierra maravillosa a la que yo amo .
Como me suena a mi eso de ..."ceder" posiblemente por eso sigue el curso de mi vida tal y como la llevo claro,yo en el caso de las monedas no hubiera dudado en darlas sin mas,para mi ceder en lo material no me cuesta y quizá en lo emocional hasta hace poco tampoco me costaba, si bien es cierto que ceder no siempre es hacerse el tonto, no se si me explico pero.... "dos no pelean si uno no quiere"
un beso.
ISA
Hay que aprender a ceder y razonar...y lo mas importante saber dialogar...poniéndose en el lugar del otro...preciosa historia para reflexionar...muchas gracias Jabo...besosss
Muy bonita historia, yo en ese caso seguro que renunciaría, pero cuando nos obcecamos en algo, no vemos más salidas, así que lo mejor no es en línea recta, a veces hay que dar un rodeo para llegar.
Besitos y sonrisas:))
Estimado amigo como siempre un artículo estupendo.
ES verdad que a veces debemos dejar la cabezonería (yo lo soy mucho )... y ver que ni todo es negro o blanco, y que hay una gran gama de grises.
Sigue ilustrándonos con estos magníficos post.
Un fuerte abrazo
Óscar
Hola JABO,
hace días que te veo por el rabillo del ojo y aunque lo estoy deseando, las agujas del reloj tiran de mi y nunca puedo acercarme a decirte ¡¡Hola!!
Verás, yo me dedico a lo que me dedico jajaja y te puedo asegurar que precisamente por ello, tengo más que claro que cediendo en el 90% de las ocasiones siempre se gana. En todo caso más que ceder, de lo que se trata es de negociar...lo ideal, no es que ceda uno, sino que cedan las dos posturas encontradas... ahí, sí que gana los dos de verdad.
Odio las discusiones gratuitas, mucho más si se pierde los nervios, se grita y se falta...jamás, se llega a ninguna parte así... muchos suponen que avasallando, gritando e imponiéndose por la fuerza obtienen un triunfo cuando se salen con la suya y lo cierto es que lo que se obtiene es una rendición...que en relaciones humanas, suponen el principio del fin.
Muchas gracias JABO, es verdad que este blog hace honor a su título y a su autor...
Un beso grande y feliz tarde.
Por cierto.. se me olvidaba ¿sabes que en mi blogoroll vuestras dos fotos siamesas, la de Marinita y la tuya están pegadas? parecéis dos blogs repes:))
Es muuuy bonita, un poco triste se lo decía un día a Marina, pero preciosa.
Muaaaakss
Hola Jabo, no se debe ser obstinado, no se si es ceder todas las veces, pero si dialogar, escuchar tratar o negociar. Será que no me gusta las discusiones, los enojos, las ofensas y eso hace que uno sea más abierto, más predispuesto a llegar a acuerdos, cediendo en algunas cosas y en otras no.
Soy de ceder con tal de evitar un mal trago, pero con diálogo y acuerdos , no dando la razón como a los locos.
Abrazo
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