Caminar es Compartir (XXIX)

Etapa     Melide-Salceda

Etapa de 24 kilómetros, a 20 grados con cielos nublados, recorrida el el 9 de julio, que destaca por la categoría humana de las personas con las que realicé el camino. Se palpa en el ambiente que Santiago está muy próximo.

Iglesia de Sta María. Melide

En Melide enlazan los peregrinos que vienen por el camino primitivo. Es una ciudad peregrina, donde ya se respira que la meta está cerca.  Visito la capilla de san Roque y su cruceiro, pero la sorpresa la encontramos a la salida de la ciudad, en la iglesia de Santa María de Melide, donde Cristina, una joven monja nos cuenta como hizo el camino y  descubrió el sentido de su vida. Desde entonces ayuda a los peregrinos y explica con mucho conocimiento la importancia de la iglesia.

Es románica, del siglo XII y está dedicada a María. En su interior se encuentra la única verja románica de Galicia y destaca su ábside, donde está la trinidad rodeado de los 4 apóstoles (Mateo, simbolizado por un ángel; Marcos, por un león; Juan por un águila y Lucas por un toro). Cristina se explaya contando los significados de los capiteles, como aquel que tiene una figura humana y 2 demonios, y nos indica que representan  el camino que recorría el peregrino antiguo; los 2 diablos agarran al peregrino, y este se daba cuenta de que el llegar a la tumba del apóstol es una meta, si, pero lo importante es el camino y las acciones que hacemos a lo largo de nuestras vidas.

 

Atravesamos campos, prados, bosques de eucaliptos y cruzamos el río Catasol, afluente del Furelos. Cruzamos Raido, Parabispo y Peroxa para llegar a  Boente, donde  vistamos la iglesia de Santiago. Castañeda es la siguiente población, donde los peregrinos de antaño depositaban la piedra que traían desde Triacastela para hacer cal.

El río Iso nos acerca a Ribadiso de Baixo, con su puente medieval, donde se encuentra el antiguo hospital de San Antón, convertido hoy en albergue.

Alcanzamos Arzúa, famoso por sus quesos de vaca. La pequeña aldea medieval se desarrolló bajo la influencia de las peregrinaciones. Visito el convento de la Magdalena, del siglo XIV, y la iglesia de Santiago.

Pat y francés.

A la salida de Arzúa vemos un recuerdo a un peregrino fallecido y encuentro a Pat, Patricio, un irlandés de unos 40 años que lleva estudiando 3 años castellano y hace el camino desde Astorga. También es Teólogo. Compartimos una buena tanda de kilómetros, y me da una pastilla de iboprufeno para calmar mis dolores en un pie. Junto a Pat, nos cruzamos con un francés de avanzada edad que hace el camino a la inversa y quiere llegar hasta Estrasburgo! llevando publicidad en su camiseta acerca de una asociación que lucha contra las enfermedades cerebrales.

Merche-María-Paz

Rodeados de eucaliptos, en medio de sendas naturales que hacen muy ameno el camino, alcanzamos Calzada, donde conozco a María de Córdoba; Merche de Valencia, y Paz de Murcia.  Juntos hacemos el camino hasta Salceda, con una agradable conversación y sentido del humor, ya que todos teníamos algún dolor en el cuerpo de tanta caminata.

Al llegar a Salceda, nos dirigimos al albergue nuevo, donde mis compañeros habían reservado sitio para dormir. Está completo, no queda ni una litera, y el pueblo más cercano con albergue, O Pedrouzo está a 9 kilómetros. Estoy cansado, son las 6 de la tarde y mi pie está resentido. Tomamos una cerveza para despedirnos, cuando “mi buena suerte vuelve a aparecer”. Víctor, un señor de la zona, que oye nuestra conversación, se ofrece a llevarme a dormir a casa de un hospitalario. Se trata de Antonio, que trata de ganarse la vida de hospitalero. Ha invertido mucho dinero en adecuar como albergue una casa, y sin embargo no le dan licencia para abrir porque no ha puesto un ascensor y accesibilidad para minusválidos (porque no le llega el dinero). Tampoco le permiten poner carteles que anuncien su actividad.

Veo el contraste, como la vida misma. Un albergue nuevo, con las máximas dotaciones y completo sus 134 literas. Y un pobre hombre que trata de ganarse la vida, adecuando una casa, comprando 24 literas, y que no le permiten abrir ni anunciarse.

Toda su casa para mi solo. Tenemos una interesante conversación de los motivos que le llevan a dedicarse a hospitalero y le doy la voluntad, ya que el no puede cobrar.

La Casa Verde

Antonio me enseña “la casa verde”, un bar en carretera, a pie de la N-547 digno de ser visitado. No he encontrado en los 800 kilómetros desde Francia un lugar más agradable, hospitalario y con tantos mensajes positivos. Todo el local esta repleto con las frases de los peregrinos, techo, sillas, baño, paredes, todo está escrito. Busco un hueco para poner mi mensaje, que como supondréis es… “se positivo siempre”. Os pongo unos cuantos mensajes, de los cientos que hay escritos.

En resumen, etapa muy gratificante, donde encuentro personas muy valiosas y descubro una joya con la casa verde, a la cual aconsejo visitar a todo peregrino.

Jabo

Tierras gallegas