
Hoy contamos con el Testimonio +++ de mi amiga cántabra Libertad Pelayo, quién comparte con nosotros la carta que escribió a su pequeño hijo, estando ella enferma grave por un accidente, y que nunca llego a su destino. No tengo palabras. Por favor leedla y sacad el jugo de su mensaje.
Hace un tiempo, escribí una carta a mi pequeño hijo de cuatro años. Deseaba ayudarle a superar su pena, quería transmitirle lo que, a mi modo de ver, podía hacerle más llevadero su dolor si llegara a morir, al estar muy grave, confiando que no cerrara las puertas al bello futuro que le aguardaba, aunque yo ya no estuviera. La carta no llegó nunca a su destinatario. Pero ahora ha llegado el momento de compartirla con vosotros, confiando que os sirva de ayuda.
Todos poseemos la fortaleza interior que nos ayuda a SUPERARLO todo; es la fuerza de la vida que nos susurra que, a pesar de lo que nos ocurra, nos tenemos a nosotros mismos y que la vida merece siempre ser vivida, nos hace saber que cuando no estemos viviremos siempre en el corazón de los que nos aman porque en el nuestro viven los que se fueron. Es un canto a la vida, en la que la muerte forma también parte de ella. Con toda humildad y cariño os la entrego.
“Pequeño mío; Aunque ya no me veas, estoy contigo. Pronto te sentirás más fuerte porque a tu fuerza se añadió la mía, reirás más porque estaré riendo a tu lado y cuando llores te ayudaré a llorar. También se puede llorar, no es malo llorar. Para eso tenemos las lágrimas: Nos ayudan a limpiar el dolor de dentro para poder seguir viviendo con la alegría que está esperando salir de nuevo.
Sabes cuánto me habría gustado seguir compartiendo contigo nuestros paseos en Bici, nuestros largos abrazos, las meriendas y nuestras largas conversaciones. Nuestros cotidianos “Te quiero” que ambos nos regalábamos. Hay cosas tan naturales como ésta, que por más que uno no quiera que sucedan, pasan porque han de hacerlo. No es culpa mía pero, sobre todo, no es culpa tuya. Ten presente esa certeza durante toda la larga vida que te está esperando para vivirla plenamente. Ya no estoy de la misma manera.
Ahora no existo pero soy, siempre seré. Estoy en el lugar del que te hablan tus sueños. Mi energía, mi amor, te llegan en cada susurro del viento, en cada resplandor del sol, en cada gota de lluvia fina que te acaricia. Ahora estoy unida a todas esas fuerzas de la naturaleza tan bella que te rodea. ¡Siente como te ama, te estoy amando yo! Eres muy grande. Casi no cabes en tu pequeño cuerpo. Los niños lleváis ese poder con vosotros. Tú estás en el mundo como regalo para los demás. Te darás cuenta de quién eres, no tengas prisa. Disfruta del caminar que es la vida. Ese es el mejor regalo, LA VIDA. Pronto te darás cuenta de lo fácil que es ser feliz, como lo has sido hasta ahora conmigo. Y compartirás esa felicidad nuestra con los demás. Has sido un gran maestro para mí en el difícil arte de estar aquí. Me has enseñado que vivir es gastar justo el instante que tenemos, consumirlo del todo. Tú sabes vivir el presente. No permitas que el tiempo haga que lo olvides.
No dejes que nadie te diga como debes ser, qué debes hacer. Ya lo descubrirás tú mismo; no me debes nada, ni a mí ni a nadie. Eres perfecto como eres; con todas tus imperfecciones. He tenido mucha suerte al haberte conocido. Nadie ni nada, ni siquiera esto, nos va quitar todo lo vivido juntos porque eso te va a acompañar siempre y nadie ni nada destruirá la felicidad vivida y la que te está esperando. Te queda mucho por vivir, muchas personas por conocer que, a su vez, esperan conocerte.
Disfruta de tu fuerza y de tu debilidad. Vas a necesitar las dos. Abraza tu valentía y también tus miedos. Aprenderás de los dos. Diviértete, ríe mucho, sigue leyendo para descubrir lo que los libros esconden, en fin, sigue haciendo lo que haces ahora…siempre. No necesitas ya de mí porque estoy en ti. Puedes extrañarme un tiempo pero poco, ¿vale? Enseguida te darás cuenta que sigo contigo y descubrirás muy pronto que tienes lo más importante, te tienes A TI MISMO. Y dentro de ti lo encontrarás todo. Tú puedes, tú sabes. Estaremos siempre juntos. El amor incondicional, el amor en mayúsculas, es eterno y no puede ser destruido. Hasta siempre cariño mío.
Libertad Pelayo
Hace pocos días, Libertad me escribió estas frases:
"Me da mucha alegría, Jabo, que te hayan llegado mis palabras. La carta permanecía escondída entre tantas letras guardadas y ahora que dejo que mi sentir, tan íntimo, llegue a los demás, me doy cuenta de que lo mejor de todo es compartir y así poder ayudarnos unos a otros. Mi pequeño no necesitó nunca leerla pero el mensaje está ahí para los que pasan por un duelo, para ellos y para todos los que creen que la muerte se lo lleva todo, que sepan que el amor logra sobrevivir".